Es bastante común en el mercado reciente de los relojes inteligentes que se ofrezcan capacidades de detección de salud que «pueden salvar vidas» y que prometen tener diagnósticos muy aproximados para correr a la urgencia o consultar al menos a un doctor. Los últimos Apple WatchGalaxy Watch y algunos rastreadores que se dicen más orientados a profesionales del ejercicio, dicen tener estas capacidades.

Yo tengo un smartwatch chino bastante fiel, el Haylou Solar 5, ninguna maravilla de la tecnología, con un precio muy accesible, buena aplicación para el teléfono y que tiene las funciones de monitoreo llamadas de «bienestar» correctas.

Acá hay un punto importante: cuando hablo de bienestar, es el término de oferta más realista que ofrecen estos relojes, es decir, simplemente están destinados a facilitar la vida saludable al ayudarlo a visualizar ciertos marcadores medibles. Esas características caen bajo el paraguas del bienestar. Son «solo por diversión».

Las funciones “salva­vidas” de los smartwatches premium son más un gancho de marketing que una herramienta de diagnóstico médico, y por qué en ese sentido puede ser perfectamente razonable quedarte con tu Haylou: acá quiero darte algunas razones.

>>>>>>>>>>>>>>>>>Baterías de repuesto para relojes inteligentes

El caso que causó controversia en Estados Unidos

Tal como documenta el sitio The Verge, el 15 de julio, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) envió una carta a Whoop. En él, la FDA declaró que Whoop, fabricante de un rastreador de actividad física de nicho favorecido por los atletas de élite, había cruzado una línea. Su nueva función Blood Pressure Insights, dijo el regulador, se comercializaba a los clientes sin someterse al proceso de autorización adecuado.

Esto en otras palabras ejemplifica que algunas funciones de salud avanzadas, como los electrocardiogramas y las notificaciones de fibrilación auricular, requieren autorización regulatoria antes de que los consumidores puedan usarlas. Estas características podrían interpretarse como de naturaleza diagnóstica o incitar a una persona a tomar una decisión médica. 

La forma en que funciona la función de Whoop es que un usuario toma lecturas con un brazalete de presión arterial normal para su calibración. Una vez que se completa ese proceso, Whoop dice que su rastreador utiliza métricas como «frecuencia cardíaca, variabilidad de la frecuencia cardíaca y patrones de flujo sanguíneo durante el sueño» para dar una estimación de la presión arterial sistólica y diastólica de una persona cada mañana. La FDA sostiene que «proporcionar una estimación de la presión arterial no es una función de bajo riesgo» y que una estimación de la presión arterial implica inherentemente que está diagnosticando hipo o hipertensión. En un comunicado, Whoop dice que «respetuosamente no está de acuerdo» y que esta característica en particular es más parecida a rastrear su frecuencia respiratoria durante el sueño.

Según Bloomberg, Apple también ha estado trabajando en una función de Apple Watch que marca cuando su presión arterial se dispara por encima de su línea de base, pero según los informes, no arrojará lecturas directas como lo haría un monitor continuo de glucosa, posiblemente para evitar la aprobación de la FDA como una función de «bienestar».

Por qué entonces yo prefiero mi reloj barato chino

La delgada línea entre saber qué medición es solo para tu bienestar y qué podría influir en una decisión médica es aterradora. Si hay síntomas de que algo podría andar mal, incluso si ves cosas raras en tu reloj, es mejor ir al doctor y consultar con exámenes certificados. Esto se parece mucho al doctor Google y cómo creemos que internet nos hará un completo diagnóstico y lo que es peor: un tratamiento.

Yo me quedo con mi reloj chino entre otras cosas porque:

  • Todas estas mediciones (ritmo cardíaco, SpO₂, ECG) solo ofrecen datos aproximados. Ningún smartwatch cuenta con la validación clínica necesaria para diagnosticar patologías, así que siempre requerirás confirmación profesional.
  • Precisión limitada: Estudios independientes han mostrado desviaciones de hasta un 10–15 % en lecturas de SpO₂ o variabilidad cardíaca comparadas con equipos hospitalarios. Para seguimiento de patrones está bien, pero no para decisiones críticas.
  • Alertas no infalibles: Que un reloj detecte una fibrilación auricular no equivale a un diagnóstico. Las alarmas pueden ser falsas o tardías, generando tanto alarmismo innecesario como falsa tranquilidad.
  • Enfoque en bienestar, no en urgencias: La mayoría de relojes (incluyendo este Haylou) está pensada para monitorear tendencias de actividad, sueño y estrés. Eso sirve para mejorar hábitos, pero en una emergencia real (infarto, apnea severa) no garantizan aviso oportuno.
  • Costos y usabilidad: Las funciones médicas “premium” suelen disparar el precio (x3–x5 respecto a este reloj chino que traigo puesto). Si no confías en ellas para diagnóstico, pagar de más por esos sensores es un gasto redundante.
  • Menor complejidad, mayor fiabilidad diaria: Un reloj sencillo que mide pasos, frecuencia y sueño dura más batería y es más resistente al uso rudo. Menos funciones significan menos probabilidades de fallos de firmware o sobrecarga de notificaciones.
  • Privacidad y datos de salud: Marcas grandes recopilan y almacenan tus datos biométricos en la nube, con protocolos de compartición con terceros. Con un Haylou habitualmente tienes menos exposición de tu información sensible.
  • Actualizaciones y obsolescencia programada: Apple, Samsung y Garmin suelen descontinuar soporte a modelos cada 2–3 años, dejándote sin parches en sensores. Este Haylou, con funciones básicas, envejece “mejor” porque no depende de software médico complejo.
  • Compatibilidad universal: Los relojes chinos como Haylou suelen funcionar con cualquier Android o iOS sin tener que comprar accesorios o suscripciones adicionales (por ej., pago por ECG), ahorrándote dolores de cabeza.
  • Menor dependencia tecnológica: Al apostar por un dispositivo más “simple” fomentas tu autonomía: interpretas tú mismo los datos de bienestar, sin creer que el reloj te “salvará” si ocurre algo grave.
  • Relación costo‑beneficio óptima: Si tu objetivo es monitorear tu rutina, controlar calorías, pasos, calidad de sueño y avisos básicos de frecuencia, posiblemente el reloj chino cubre el 90 % de esas necesidades a una fracción del precio de un Apple Watch o un Galaxy Watch con funciones médicas que de todas formas no reemplazan un examen clínico.

Ahora, es mi opinión y seguramente hay muchas otras funciones, sobre todo las relacionadas con las conexiones, y características más tecnológicas en donde un Apple Watch y un Galaxy Watch son mil veces mejor que mi fiel reloj chino. Pero para mí, un vestible adecuado no requiere tanta pretensión. Yo al menos puedo vivir casi exclusivamente viendo la hora y que me diga si los pasos que estoy dando me ayudarán a bajar la barriga.